martes, 14 de septiembre de 2010

En el ejercicio de la Crítica

Camaradas y amigos, colegas y convidados, desde hace muchos años, desde antes de vernos como universitarios, desde entonces, hemos ejercido el derecho a la crítica. Sin ser gobierno, sin tenerlo, sin ser parte del aparato del Estado, fuimos y participamos de esa praxis que nos caracteriza; ser rebeldes con causa. En tal sentido, nos es menester ahora que tenemos gobierno y siendo de algún modo parte de él, estando en el cauce con quienes hacen esfuerzo común, de guiar y encausar esa rebeldía, en el torrente de la revolución que cambie el paisaje horrendo que heredamos. Conjugando de un modo distinto con los genuinos valores que históricamente nos legan ancestros; autóctonos y venidos de otras tierras. Todo ello en la hermosa geografía que ocupamos, que labramos, que dibujan las circunstancias físicas y socioculturales. Esta Geografía viva que es asiento de lo posible y ha de ser  suelo para la sociedad que libaremos.

En ese proceso de labrar hasta alcanzar, se inscribe la necesaria crítica, la reflexión que cada cual hace y la que como aporte cada uno concibe, como un ejercicio del intelecto, como un examen de cuanto vemos según el rumbo marcado. Esa crítica es una práctica necesaria, que lejos de buscar oírse a sí mismo, busca, en el uso del lenguaje, la afinación que el instrumento da para la sincronía de lo armónico, entre pares.
Quiero decir con esto, que en muchas cosas y por muchas razones estaremos en desacuerdo, pero lo urgente es, desde lo esencial, buscar lo que nos es común y muy a pesar de los matices, hacer que nuestra ciencia, desde lo conceptual, lo metódico, se haga operativa y construya en el espacio lo que lo humano y la vida exigen.

Hablando de las Jornadas, por cierto, creo no equivocarme, las primeras en este siglo y posiblemente las primeras en este período histórico de gobierno, con Chávez como Presidente. Estas Jornadas son y han de ser un espacio para la Crítica:

(Del griego κριτικός (kritikós), "capaz de discernir") una opinión personal o analizada ante un tema, varias opiniones pueden formar a veces también una crítica, siempre que sea de la misma tendencia. Que fomente la unidad sobre lo que se quiere y se entiende, lo que se discute y  aclara, sobre el fortalecimiento de las relaciones y los vínculos para la sinergia en el grupo social que se conforma sobre la ciencia, la acción, la capacidad y la potencialidad que cada cual aporta y comparte para alcanzar metas.  (Tomado de Wikipedia.)
De la misma raíz griega, deriva el verbo cribar: acción que consiste en separar una cosa compuesta en dos grupos: los que cumplen un determinado criterio y los que no. Un colador utilizado en la cocina, para eliminar restos sólidos disueltos en un líquido, por ejemplo, ejerce la crítica, ya que separa los dos elementos atendiendo a un criterio: el tamaño de los agujeros del colador. Critica es, de este modo, la acción siguiente al análisis: en este último se separan los diferentes elementos que componen un todo complejo; en el primero (crítica), se compara los elementos simples obtenidos con un determinado criterio.

Por ello, prefiero irme por la calle del medio. Prefiero sentarme a discutir con quienes están orientados en el mismo sentido hacia donde avanza esta revolución, es decir discutir en revolución, hacer ese ejercicio entre quienes apostamos a vencer por esa vía, aún en las más agrias o crudas contradicciones. Discernir entre quienes creemos que es posible un mundo mejor en socialismo. Ese que se construye en Venezuela, al que debemos darle contenido, desde la ciencia geográfica, desde la comprensión del  espacio-tiempo, desde esa visión política que busca superar desigualdades y procurar para la mujer y el hombre, para el entorno vivo, para los vínculos necesarios de atender y desarrollar, para la concepción del mundo que nos toca defender cuando decimos Patria Socialista o muerte.
Por ello –insisto-, opto por que las jornadas entre pares sean siempre a favor de la Revolución, que mucha falta le hace llenarse de aportes, desde nosotros y desde otros, desde muchos. Preferiría no discutir ahora, con quienes no se inscriben en esa línea de actuación. Pues si bien, reconozco que esa tarea es ineludible, que es imperiosa, como el fortalecimiento del llamado proceso, es y será consecuencia de cuanto se trate en la agenda necesaria de las jornadas. 
Digo, si después de las Jornadas; de haber hecho los respectivos ejercicios que posterior al análisis, que produce la necesidad de encontrarnos, de enterarnos de cuántos somos,  de lo que hacemos, del ejercicio profesional al servicio de la ciencia y de la gente, por vía del aparato del Estado, o por la confluencia de necesidades y demandas de las poblaciones, en las que estamos, llegamos, o queremos llegar.  Si después de haber hecho catarsis, de pasearnos por los sinsabores y por los amargos tragos que entre revolucionarios sepamos compartir, si después de ello, y de examinar el camino transitado, los obstáculos superados y los logros alcanzados; serenos nos dedicamos a dar respuestas, a construir propuestas, en el ejercicio de la crítica, propiciamos la rectificación necesaria, entonces desde ahí; viene el aporte.
Desde ese aporte, desde esas reflexiones, nos corresponde sentarnos con otros pares; los que aun no validan esta revolución, pero que asomados por alguna ventana, la ven pasar. Puede que se interesen a escucharnos en beneficio de la ciencia y rompamos fuente. Nos corresponde también, entonces, difundir y hacer valer lo defendible, confrontando con quienes adversan, profesionalmente y políticamente, todo cuanto con empeño, hacemos desde la Geografía, por la revolución. Fortalecidos y con la misma disposición de ahora, en el tránsito de la transformación, compartir en el permanente quehacer con quienes al igual nuestro trabajan por un mundo mejor.    
FTM

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